Un tema
recurrente en el consultorio es el del conflicto entre padres e hijos: niños
hiperactivos, con falta de atención, rebeldes, agresivos, irrespetuoso. Después
de buscar las razones en el vínculo, echarles
la culpa a los niños o culparse los padres por no haber actuado
“correctamente”, por no haber sido tolerantes o no haber puesto los límites
suficientes, vemos que las alternativas
ensayadas no traen los resultados esperados y los hijos continúan actuando de
la misma manera.
Padres e
hijos muchas veces parecen enemigos, la comunicación se obstaculiza y es doloroso ver que no hay solución posible
y que ambos: padres e hijos no encuentran un camino de encuentro felicidad y
armonía.
Desde su teoría de las
Constelaciones Familiares, Bert Hellinger, nos dice "Todos los hijos son
buenos – sus padres también".
Cómo es
posible? El nos afirma que nos solo son buenos los hijos si no que también lo
son y lo fueron sus padres. De esta manera también lo fueron nuestros padres abuelos y bisabuelos. Y si son buenos
como padres también son buenos como hijos
Entonces
donde está la falla?. No existe falla, todos hacemos lo que hacemos por amor,
por amor y lealtad a nuestro sistema.
Las constelaciones
familiares han puesto de manifiesto que formamos parte de un sistema más
amplio, de un sistema familiar. A este campo pertenecen nuestros padres,
hermanos y hermanas y también los abuelos, bisabuelos y todos nuestros
ancestros. También forman parte de este sistema las personas que, de alguna
manera, tuvieron o tienen importancia para este sistema, por ejemplo los
antiguos novios y novias de nuestros padres o de nuestros abuelos. Dentro de
este sistema, todos son guiados por una fuerza común y esta fuerza obedece a
determinadas leyes.
El
sistema familiar constituye un campo espiritual. Todos los que forman parte de
este campo espiritual, están conectados unos con otros – esto es lo que revelan
las constelaciones familiares. A veces, este campo está en desorden. Este desorden
nace del hecho de que alguien perteneciente al campo ha sido excluido,
rechazado u olvidado. Estas personas excluidas y olvidadas están conectadas con
nosotros y se manifiestan en el presente. Porque, en este campo, existe una ley
fundamental: Todos los que forman parte del sistema tienen el mismo derecho a
la pertenencia. Nadie puede estar excluido. No se puede perder a nadie en este
campo porque esto tendrá siempre un efecto sobre él. Si una persona ha sido
excluida, cualquiera que sea la razón, otro miembro del sistema, un niño por
ejemplo – a través de este fenómeno de resonancia – estará destinado a
representar a la persona excluida y se comportará quizá de manera extraña: se
drogará o se pondrá enfermo, será un criminal o se sentirá agresivo. Podrá
incluso convertirse en un asesino o ser un esquizofrénico, etc.
Pero,
¿cuál es la razón? Esta persona mira con amor y de manera inconsciente hacia
alguien excluido y, con su comportamiento, nos obliga a mirar también con amor
hacia este excluido, hacia este rechazado. Lo que consideramos malo en su
comportamiento, no es más que amor por alguien que ha sido excluido del campo.
Por lo
tanto, en lugar de preocuparnos por este niño e intentar cambiarlo – lo cual no
ayudaría nada de todas maneras como ya sabéis, puesto que aquí actúan fuerzas
más grandes - miramos este campo espiritual junto con el niño, hasta que
llegamos, guiados por éste, a percibir a la persona excluida que espera nuestra
mirada. Entonces, la tomamos de nuevo en nuestra alma, en nuestro corazón, en
nuestra familia, en nuestro grupo y quizá también en nuestro país.
Esto
muestra que todos los hijos son buenos si les dejamos serlo. Es decir que, en
lugar de mirar a los hijos, debemos mirar en la dirección en la que ellos miran
con amor.
Las constelaciones
familiares nos enseñan que en lugar de preocuparnos por los hijos o por otras
personas pensando: "¿cómo pueden actuar así?", debemos mirar con
ellos a la persona excluida e integrarla. A partir del momento en que esta
persona está de nuevo integrada en el alma de los padres, de la familia y del
grupo, el niño podrá respirar y liberarse de la intrincación con ella.
A través
de las Constelaciones Familiares y los Ejercicios Sistémicos podemos ver a
quien mira el niño, de que excluido del sistema se está haciendo cargo y de
este modo incluirlo. De esta manera el niño se liberará de la implicancia. También se liberarán los padres y demás
miembros de la familia. De pronto, algo cambia cuando damos lugar a alguien que
estaba excluido.
A partir
de ese momento, todos pueden comportarse de una manera diferente. Pueden ser
más afectuosos y comprensivos, superando ese concepto barato del bien o del mal
que nos hace creer que nosotros somos mejores y los demás peores, ya que los
que nos parecen peores no son más que personas que aman de una manera
diferente. Si miramos hacia donde un niño mira con amor, ya no podemos hacer
esa distinción entre el bien y el mal.
La teoría de las
Constelaciones de Bert Hellinger es de una riqueza inconmensurable y su
aplicación nos permite abrir un nuevo horizonte terapéutico llegando trabajar
en situaciones y conflictos, en la que ninguna otra teoría lo puede hacer.
Solo experimentar la
participación de un Taller de Constelaciones Familiares o una sesión con
Ejercicios Sistémicos, permite ver con asombro sus resultados.
Terapeuta Floral -
Astróloga Humanística
Facilitadora en Constelaciones Familiares
Psicóloga Social- Reiki Master
15-5835-3744 4308-4215
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